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Camarón de la Isla ofreció su último concierto en Madrid, en el Colegio Mayor San Juan evangelista, el 25 de enero de 1992.
Un recital inolvidable en el que estuvo acompañado sólo por la guitarra de tomatito. El cantaor fallecería sólo unos meses después, el 3 de julio. Su actuación se enmarcaba dentro del Festival del Taranto y había despertado, como siempre, una enorme expectación. “Hubo quien llegó a ofrecer 25.000 pesetas por una entrada, sin que nadie pudiera imaginarse que iba a ser la última vez que él cantase en público”, recuerda Alejandro Reyes, organizador del concierto.
Se sabía que el cantaor estaba delicado y había cierta incertidumbre, pero el espectáculo comenzó con bastante puntualidad. Camarón se templó por soleá, abordó la obligada tanda de cantes mineros y puso la sala patas arriba por bulerías.
Después hizo tangos y, en el bis, fandangos. A continuación desapareció. Ya era suficiente: casi una hora con Camarón por derecho era mucha tela. Bien es cierto que el concierto mediático de 1992 fue el que Michael Jackson ofreció el 22 de septiembre en el Calderón, presentando su último gran álbum, Dangerous. ALFREDO GRIMALDOS
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